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Cosas que me han hecho feliz esta semana I

Desde hace un tiempo siento una especie de obsesión por hacer listas, aunque tengo que reconocer que muchas se quedan solo en mi cabeza, es decir, se me ocurren temas y conceptos que incorporar a una en concreto pero luego no las pongo en marcha sobre el papel. Bien, pues después de inaugurar la sección 'Lista del mes', que intento cumplir siempre que puedo, ahora me apetece aventurarme en crear una lista a la semana. El motivo no es otro que haberme dado cuenta de la cantidad de cosas que me llaman la atención y me hacen el momento más feliz a lo largo de una semana. Aunque haya sido una semana mala, al final siempre hay algo que consigue alegrarnos un poquito el alma. Puede que tenga que ver también que Javier Aznar inauguró el domingo pasado su sección 'Cosas que me han hecho feliz esta semana', cosa que ya debería incluir en mi lista de cosas que me han hecho feliz esta semana,  porque realmente me hizo muy feliz saber que no vamos a poder leer solo un artículo suyo a la semana si no dos, ya que los jueves o viernes también publica en su espacio de Vanity Fair.
También tengo que decir, aunque parezca mentira, que mi idea real de crear esta sección semanal comenzó el sábado pasado, un día antes justo que yo descubriera eufórica la nueva sección de Javier Aznar, para que los mal pensados no digan que me he copiado porque os prometo que tenía pensado ponerle hasta el mismo título o, al menos, uno muy similar. Y si seguís leyendo sabréis por qué decidí justo el sábado que quería iniciar esta sección que comienza aquí. Así que, allá voy.

Un reencuentro. Lejos de reencuentros que impliquen relaciones personales en carne y hueso yo esta semana me he reencontrado con dos series antiguas. Las llamo antiguas porque no están en cartel en la actualidad y porque terminaron hace tiempo, aunque una de ellas solo haga nueve años que se emitió. Os estoy hablando de Doctor Mateo y A las once en casa. No sé bien por qué en concreto el fin de semana pasado me dio por ponerme estas dos series ya que hace un tiempo que recuerdo de vez en cuando Doctor Mateo, sobre todo, y pienso en ella como una serie que me gustaba porque me daba paz su localización, su música, su ambiente de pueblo asturiano, cómo no. Pero me alegro mucho de haber contactado con ella de nuevo, y solo puedo decir que con la gran oferta que tenemos hoy en día con estrenos, Netflix, etc. etc. yo ya llevo una temporada de Doctor Mateo vista esta semana (compaginada con otras recientes, o actuales, todo hay que decirlo). El caso que ver esta serie o este tipo de series me resulta muy fácil porque como conozco los personajes, las voces, la historia y hasta el argumento, sobre todo porque ya la he visto (aunque diría que no entera), pues puedo ponérmela de fondo mientras trasteo por Internet y con pinchar de vez en cuando y ver los planos de la playa me sirve. De lo que no me acordaba tanto es de que también me gusta por sus personajes (y actores, claro), por la gente del pueblo, natural, y por sus sucesos, simples, muy típicos y llenos de tópicos en ocasiones, pero no he dicho que sea una seriaza si no que me gusta y me resulta agradable. No se cuanto duraré viéndola, ya os digo que ni siquiera en su día la vi entera, porque me aburría o no me enganchaba tanto como para prestarle tanta atención, quizás el argumento tampoco diese mucho más de así, pero era mero entretenimiento y la tengo cariño.



La otra de la que os hablaba, A las once en casa, solo la vi en alguna ocasión. Es la típica que veía algún día por la noche cuando era pequeña y no había otra cosa o no me interesaba ninguna película de las que emitían. Los actores, clásicos españoles como Ana Obregón o Antonio Resines, forman parte del reclamo. De esta no puedo opinar mucho más porque tan solo he visto unos minutos, pero estoy segura de que me engancharía o entretendría de la manera que lo hacen hoy en día cualquiera de las series de Neox, por ejemplo.



Un artículo. Belén Hostalet es una de las (no sé cómo llamar a la gente que triunfa en instagram pero no tiene blog) influencer que más me gustan sobre todo por sus fotografías. Ella misma reconoce que es una apasionada del arte y de las fotografías y que su cuenta de Instagram surge de un viaje a Hawai del que vino cargada de imágenes captadas por ella misma. Me transmiten muchas cosas, a través de sus colores, y también, cómo no, sus estilismos. Pues he encontrado este reportaje en el que cuenta cómo es llevar ropa de baño fuera de la playa, y me ha parecido interesante para sacar partido a los bañadores, por ejemplo, que por mucho que sea una prenda que tiene no sé cuantos años, se pusieron más de moda en recientes temporadas y aunque tengamos alguno no usamos con tanta comodidad en la playa como un escueto bikini que se seca con mirar al sol.


Una canción (o artista o canciones). Kygo. Con esto de que medio Instagram está en Coachella y el otro medio fingiendo estarlo, he visto que uno de los artistas del primer día de festival fue Kygo, lo cual me ha hecho recordar cuánto me gustaba esta canción con Selena Gómez que escuché hasta la saciedad hace un año por estas fechas. Pero lo cierto es que hay varias que me gustan de él: Stargyzinng, y más.



Un alimento. Después de meses de ver que el aguacate existía, pues ahora ocupa más fotos en Instagram que algunas personas, por fin me aventuré a hacerme con unos cuantos y comprobar, lo primero a qué sabían y lo segundo, cómo comerlos.
A falta de probar en tostadas de pan integral con algo por encima, los he comido en ensaladas, cortados en daditos y mezclados con queso fresco, mango o tomate, aliñado con aceite y vinagre de módena y acompañada de frutos secos, como nueces o anacardos naturales. El resultado es que me ha gustado, aunque antes de nada di un mordisco solo y me di cuenta de por qué dicen que es un alimento que combina tanto con dulce como con salado, porque básicamente, no sabe a nada.



Una comida. Hace unos días degusté una exquisita comida super sofisticada en un Vips. Para muchos será una comida normal y corriente en un restaurante de categoría media baja al que acude la gente que quiere hacerse pasar por gente que va a comer a restaurantes importantes pero sin excederse. Para mí fue una comida distinta y agradable que acompañé ojeando la revista ELLE del mes de abril (después la leí entera) con una magnífica Alexa Chung en la portada y un contenido de lo más interesante. Aunque llegara a casa con las hojas medio arrugadas de la lluvia, y yo empapada, a pesar del paraguas, puedo decir que ese ratito, me salvó el desastre de día.

Un producto. Hace unos días descubrí que una influencer (otra vez sale el término a relucir) enseñaba en sus historias tres nuevos productos de Elvive de L'Oreal que le habían llegado. Se trataba de la línea 'Dream long' compuesta por un champú, mascarilla y crema para las puntas. La idea de este set reside en reparar el pelo dañado y cuidar los centímetros de puntas para que no sea necesario cortarlos. Me entró la curiosidad y me hice con la crema que se aplica como un suavizante sin aclarado. La verdad es que huele genial, días después de haberme lavado el pelo sigo oliéndolo cada vez que giro la cabeza o el pelo me roza la cara. Es pringoso de aplicarlo, claro, ya que encima no necesita aclarado. En cuanto al efecto real, creo que necesitaré algo más de tiempo para emitir un veredicto acertado pero lo cierto es que no veo que me haya ido mal y mis puntas tienen buen aspecto, dentro de lo que cabe, quiero decir, sin tener en cuanto su situación anterior. Me imagino que el producto será bueno pero no hará milagros.


Una crema. Hace poco se me gastó mi crema hidratante, la que solía utilizar hace algún tiempo y me apeteció probar otras nuevas. Con tanta variedad y con tan poca idea al respecto se me antojaba una tarea complicada así que decidí dejarme llevar por los carteles y mensajes esperanzadores y optimistas de anuncios de cremas en los sitios donde las venden. Entonces entré en un Mercadona y encontré un bote redondo de color rojizo que incluía un letrero que decía algo así como 'crema de sangre de dragón'. Mi atención ya estaba captada. El siguiente paso era olerla y rezar para que me gustase su olor, así ya tendría la excusa perfecta para llevármela a casa. Y así fue. Me dejé llevar una vez más por la información que contiene en la letra pequeña donde explica que está hecha a base de un planta que crece en el Amazonas que se conoce como ' Sangre de dragón' y me la llevé conmigo. Su precio eran cinco euros, por cierto. Otra de las cualidades que me hizo querer llevármela fue que además de crema hidratante, regenerante y antioxidante incluye protección solar factor 12. Así que ahora la uso a diario y cuando voy por la calle y me viene un olor curioso que todavía no ubico bien me gusta darme cuenta de que es el olor de mi nueva crema de sangre de dragón. Para más información, la marca de la crema, Beauté Mediterránea, no testa en animales y es libre sulfatos.
Para una persona cuyo personaje favorito de Juego de Tronos es Daenerys y cuyo apellido que empieza por T bien podría ser Targaryen, no es difícil de imaginar por qué me llamó tanto la atención. Y bien, así podéis ver cuales son mis prioridades a la hora de elegir productos de belleza o cuidado facial o corporal.



Una exposición. 'Luz al encuentro', de Teresa J Cuevas. Ya os hablé de ella hace unos días en esta entrada. Desde que la descubrí hace unas semanas por Instagram me enamoré de sus cuadros, y desde que me enteré de que iba a hacer una exposición en Madrid, estaba contando los días para ir a verla. Si os la perdisteis, siempre podéis concertar visitas a su taller. Tenía muchas ganas de ver en persona algo que solo había visto en foto y que me cautivó tanto. El resultado fue que volví a casa más enamorada todavía y con un recuerdo magnífico.


Una novedad. El domingo pasado estaba yo sin saber qué hacer cuando topé por casualidad con una foto de Javier Aznar en la que anunciaba, como quien no quiere la cosa, que estrenaba sección dominical en Vanity Fair. Una sección llamada 'Cosas que me han hecho feliz esta semana' que me hizo poco menos que dar saltos de alegría. Hace ya muchos años que descubrí a este periodista y escritor en su blog, Manual de un buen vividor, que ELLE cerró hace algún tiempo dejando un vacío en mi corazoncito. El tiempo me compensó con un libro suyo que salió publicado hace casi un año y que reúne algunos de aquellos textos que no hay manera si no de volver a recolectar. Mantuvo durante un tiempo su columna mensual en la edición en papel de ELLE hasta que se despidió de ellos. De nuevo, un tiempo después, hace relativamente poco, anunció nuevo espacio en Vanity Fair, unos textos que suelen salir publicados jueves o viernes. Y ahora, también va a escribir los domingos, por lo que tendremos doble ración a la semana. Y yo encantada. Sí, sin duda es una de las cosas que más feliz me hicieron la semana pasada.

Después de todo tengo que reconocer que lo que me llevó a decidirme a crear esta sección fueron los momentos de felicidad que me proporcionó el hecho de decidirme a buscar de nuevo doctor Mateo y A las once en casa un sábado por la noche, cuando no hay mejor plan que meterse en la cama con varios libros, la tablet, el móvil, y ver algo, series, películas, lo que sea, o leer. Esos momentos de inesperada felicidad no los cambio por nada.

Besitos

B

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